La noticia que te traemos esta semana no es para aprensivos. Si te dan escalofríos los insectos o si te produce repelús cualquier objeto extraño en los ojos no sigas leyendo.
Te hemos avisado… La espeluznante noticia de hoy nos lleva hasta Taiwán. Pero no vamos a hablar de toda la belleza que nos ofrece esta isla asiática, sino de un caso médico inusual y espeluznante. Hace unos días una mujer taiwanesa dejó con la boca abierta a los médicos que la atendieron. La paciente acudió al hospital con un ojo hinchado y cuando descubrieron la causa de la inflamación no lo podían creer… Tenía cuatro abejas en el ojo.
Abejas sudoríparas
Estas diminutas abejas, de entre tres y cuatro milímetros, estaban incrustadas en el ojo de la paciente y se alimentaban de sus lágrimas. Parece el argumento de una película gore, pero es cierto. Este tipo de abejas suele alimentarse de néctar o de polen, pero también encuentra apetitoso el sudor humano. Al parecer, los fluidos oculares les proporcionaban ese entorno húmedo y salino que tanto les gusta.
«Vi algo que parecía como patas de insecto, así que las puse lentamente una a una en el microscopio, sin dañar el ojo«, explica
Hung Chi-ting, jefe del departamento de Oftalmología del Hospital Universitario Fooyin.
«Era muy doloroso. Las lágrimas no dejaban de brotar de mi ojo. Estaba muerta de miedo«, comenta la paciente.
Hung explica que tuvo suerte porque la paciente acudió pronto al hospital, en otro caso tendrían que haber extirpado el ojo para poder salvarle la vida debido a la infección que padecía. Aunque ahora ha perdido algo de visión puede sentirse afortunada porque su sistema nervioso central no se haya visto afectado.
Al final la historia acabó bien y se espera que la paciente se recupere por completo. Sin embargo, ya os dijimos que se trataba de un caso para no dormir.