La adquisición de un buen audífono supone una inversión importante a la vez que necesaria para aquellas personas con problemas de audición. En una entrada anterior ya os hablábamos de las razones para utilizar un audífono. Ahora queremos daros algunos consejos para que vuestro dispositivo esté siempre como el primer día y os ayude a escuchar los sonidos del entorno durante mucho tiempo.
- Apaga tu audífono cuando no vayas a usarlo durante horas. Si apagas el dispositivo cuando te vas a dormir evitarás desperdiciar batería de forma innecesaria.
- Limpia el aparato regularmente. El dispositivo de audición debe estar siempre limpio para su correcto funcionamiento. Dispones de toallitas húmedas y sprays que ayudan a eliminar el cerumen acumulado en el aparato. También existen en el mercado pastillas efervescentes para una limpieza más en profundidad.
- Protege el audífono de la humedad. La humedad es el gran enemigo del audífono y es una de las principales causas de avería. Puedes encontrar recipientes especiales que mediante sistemas electrónicos o químicos ayudan a mantener seco y desinfectado tu dispositivo de audición.
- Mantén el dispositivo alejado de fuentes de calor. Es inevitable que el dispositivo reciba calor en algún momento (sobre todo si lo utilizas al aire libre) pero hay que evitar exponerlo a temperaturas altas. Nunca lo dejes en la guantera del coche, ni utilices el secador mientras lo llevas puesto.
- Evita impregnarlo con sustancias químicas. Con esto nos referimos a que hay que tener cuidado cuando utilicemos laca para el pelo, perfumes o lociones para el afeitado. El contacto con estos productos podría dañar los componentes electrónicos del aparato.
- Guarda y protege correctamente tu dispositivo. Cuando no lleves el audífono puesto mantenlo siempre en un sitio seguro, como por ejemplo en su estuche correspondiente. Esto evitará que se extravíe y lo protegerá de golpes involuntarios.