No pretendíamos escribir un titular alarmista, ni mucho menos. Pero ante la llegada de las deseadas fiestas de Navidad queríamos darte algunas recomendaciones para proteger uno de los órganos más vulnerables en estos días: nuestros ojos. Sí, como lees, los ojos y las celebraciones no suelen ser buenos amigos. Y no nos referimos a los problemas de acabar con la típica mirada vidriosa por habernos pasado algo más de la cuenta con el cava. Hablamos de circunstancias más dolorosas para nuestros ojos: los accidentes pirotécnicos y los impactos de tapones de corcho.
Corchos y petardos: ¡Fuera de mi vista!
Está bien, entendemos que pueda hasta parecernos hilarante la idea de un corcho impactando contra el ojo de alguien. «¡Pero si eso sólo pasa en las telecomedias y en los chistes malos de mi tío Lucas!» Reíd y menospreciad a estos agresores oculares que actúan con nocturnidad y alevosía en nuestros mayores momentos de euforia. Pero aún no es 28 de diciembre y aseguramos con total seriedad que dos de los accidentes más comunes que puede sufrir nuestra visión durante las celebraciones son los relacionados con el mal uso de la pólvora y los descorches sin cuidado.
Durante las fiestas de Navidad y, muy especialmente, la noche de Fin de Año se multiplican las visitas a urgencias por casos de quemaduras debido al uso de artefactos pirotécnicos. Los petardos y los fuegos de artificio pueden llegar a provocar heridas y quemaduras de tercer grado en la córnea, así como pérdida de visión. Y en los casos más graves pueden causar la pérdida total del ojo. Como siempre, la principal recomendación es la prevención, teniendo el máximo cuidado cuando utilicemos materiales peligrosos y, en el caso de los niños, que siempre se realice con la supervisión de un adulto. Pero si el daño ya se ha producido nuestro consejo es que no frotes ni laves los ojos y que acudas de inmediato a un hospital.
El segundo accidente ocular durante estas fechas es el producido por el impacto de tapones de corcho. Es cierto que si nos atenemos a las estadísticas sería muy mala suerte que al descorchar una botella el tapón impacte justo en un ojo, pero la posibilidad está ahí. Además, debemos tener en cuenta que el corcho de una botella de champán o de cava sale con mucha energía y, en caso de impactar contra un órgano tan sensible como el ojo, puede provocar traumatismo ocular e incluso la pérdida total o parcial de la visión. Entre nuestras recomendaciones para prevenir estos accidentes están la de evitar agitar la botella pues aumentaría la presión, no apuntar a la cara de ningún comensal aunque pueda resultar divertido y tapar el corcho con una servilleta antes de descorchar. Al fin y al cabo, no hemos ganado ningún Grand Prix de Fórmula 1.
Por si no ha quedado suficientemente claro os dejamos con un vídeo (en inglés) sobre cómo proteger los ojos al descorchar una botella.
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