Subes al avión. Ante ti un largo vuelo transatlántico para disfrutar de unas merecidas vacaciones jugándote las escrituras del piso en una mesa de Blackjack en Las Vegas. Doce horas en un proyectil que viaja a 1.000 kilómetros por hora y a 10 kilómetros de altura. Cada pasajero decide cómo pasar ese tiempo improductivo en el que cada minuto puede ser el último. En mi caso, prefiero dormir la mayor parte del trayecto, buscar la inconsciencia para que no vengan a mi mente imágenes de zeppelines ardiendo en el aire. ¡Error! Parece ser que dormir en el avión no es una buena idea y en algunos casos puede llegar a causar pérdida de audición.
Harvard, una prestigiosa universidad norteamericana con prestigiosos estudiantes norteamericanos, ha revelado en un estudio reciente que dormir durante un vuelo puede provocar trastornos en el oído.
Barotrauma no es una banda de heavy
Según el estudio, los cambios de presión durante el vuelo están asociados con determinadas lesiones que reciben el apropiado nombre de barotrauma. Entre ellas se encuentran las que afectan al oído. Esto se produce sobre todo durante las maniobras de despegue y aterrizaje, en las que la aeronave experimenta grandes cambios de altitud en un corto lapso de tiempo.
Seguro que en más de una ocasión has notado un dolor agudo, como si un alien fuese a emerger de tu oído, mientras el avión va ganando altura. Esto se produce porque hay una diferencia de presión entre el exterior y el interior del oído. Es una situación habitual y suele bastar con bostezar o tragar saliva para abrir un diminuto canal llamado trompa de Eustaquio, con lo que se consigue igualar la presión y, por tanto, aliviar el síntoma.
El problema viene cuando dormimos. Al no bostezar ni tragar saliva no participamos activamente en el equilibrio de presión, la trompa de Eustaquio permanece bloqueada y, si la situación se prolonga, puede dar lugar a infecciones y pérdidas de audición.
De cualquier modo, el escenario que nos describe Harvard parece un tanto exagerado. Con asegurarnos de estar despiertos durante el despegue y el aterrizaje protegeremos nuestra salud auditiva.