Hace pocos días los Reyes Magos pasaron por nuestras casas. A algunos les regalaron un buen perfume y la última videoconsola del mercado y, a otros, un jersey a rombos con el dibujo de un muñeco de nieve y unos calcetines de lana a juego. Lo importante es la intención de sus Majestades de Oriente. Lo que sí es verdad es que siempre son generosos con los más pequeños y no suelen escatimar recursos para hacerles felices. Pero cuidado: el ruido de algunos juguetes puede provocar daños en la audición de los niños.
El enemigo ruidoso de los niños
Hace pocos días la Fundación Oír es Clave y la Asociación Alexander Graham Bell alertaban de los peligros del ruido para la audición de los niños. En el comunicado señalaban que algunos de los juguetes que se han regalado durante estas fiestas pueden emitir sonidos por encima de los 80 decibelios, lo que puede llegar a ocasionar lesiones irreversibles en la audición de los pequeños.
Para evitar cualquier riesgo para los niños se recomienda analizar el ruido que emiten los juguetes. Para ello se puede utilizar cualquier aplicación móvil que mida la intensidad del sonido. Como siempre en estos casos lo mejor es la prevención.
Retrasos en el habla
Pero el daño que causa el ruido en los niños es doble. La pérdida de audición puede contribuir a que el pequeño sufra retrasos en el desarrollo del habla. Según la otorrinolaringóloga pediatra Iris Rentería, exponer a un niño a altos niveles de ruido «tiene un impacto profundo en su desempeño social y escolar. Los efectos llegan a observarse incluso años después con disminución en la capacidad de comprensión de lectura, memoria o atención».
Según explica Rentería, la exposición a un ruido de más de 85 decibelios durante quince minutos perjudica a la audición de cualquier persona y, muy especialmente, a la de los niños.
Lo mejor es aplicar un poco de sentido común. Hay que prestar atención a los niveles de ruido que llegan a los oídos de los pequeños, vigilar que los sonidos de sus juguetes no sean demasiado elevados y procurar que cuando escuchen música lo hagan a un volumen adecuado. Por fortuna, ya vimos hace poco que la música también puede ser una gran aliada en la lucha contra la sordera infantil.