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Cómo proteger tus ojos del agua en verano

El agua es un elemento fundamental en nuestro planeta. Más del 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por el líquido elemento, proporcionándole el sobrenombre de planeta azul. El agua es esencial para la vida y la mayor parte de nuestros cuerpos está formada por moléculas de H2O. Además, el agua fue un factor clave en la aparición de la agricultura y en el desarrollo de las primeras civilizaciones… Vale, vale, veo que ya lo pillas y que está de más seguir hablando de la importancia del agua y de los innumerables beneficios que aporta a los seres vivos. Sin embargo, en lo que a nuestra vista se refiere, el agua también tiene su lado oscuro, especialmente en verano.

La piscina

El agua de las piscinas contiene altas concentraciones de cloro. Este elemento químico puede provocar la irritación de nuestros ojos si no tomamos las precauciones adecuadas, como utilizar gafas especializadas para el baño o no abrir los ojos mientras estamos sumergimos.

Pero el cloro es importante en una piscina y nos protege de microorganismos perjudiciales para nuestra salud. Sin embargo, hay algunas bacterias que resisten el cloro y pueden llegar a provocar conjuntivitis en los nadadores, causante del enrojecimiento y picor de ojos.

La playa

El agua de mar también puede provocar la irritación de nuestros ojos debido principalmente a la gran cantidad de sales disueltas. La sal deshidrata los ojos causando una sensación incómoda de ardor. Al igual que en la piscina, lo recomendable es utilizar gafas especializadas, sobre todo si queremos practicar el buceo.

Otra precaución que deberás tener en cuenta tanto si estás en la playa como en la piscina es no bañarte nunca con las lentillas puestas. Puede resultar algo obvio, pero ya sea por descuido o desconocimiento, algunas personas lo hacen, arriesgándose a padecer infecciones importantes.

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