Las lágrimas (ese líquido incoloro y salado que se produce en la glándula lagrimal) es una secreción esencial para el ojo, pues lo protegen y facilitan la correcta percepción visual. Actúan de lubricante, aportan el oxígeno necesario al globo ocular y mejoran la refracción en el ojo. En definitiva, las lágrimas son fundamentales para nuestra visión y cualquier defecto en su secreción puede dar lugar a problemas oculares. Suponemos que a estas alturas ya serás un fan de las lágrimas, ¿pero y si además te dijéramos que sirven como munición para una pistola de lágrimas?
El lacrimoso invento es obra de la joven Yi Fei Chen. Original de Taiwán, se marchó a Holanda a estudiar un máster en diseño. Por desgracia, en los comienzos la estudiante experimentó un importante choque cultural. La educación holandesa espera que el estudiante cuestione y adopte una actitud crítica con los profesores, algo impensable en la sociedad taiwanesa. Yi Fei no llevaba bien esta situación y tras un desencuentro con una de sus profesoras se echó a llorar.
El arte es morirte de frío
Lejos de venirse abajo tras el episodio se le ocurrió que podía utilizar sus sentimientos de forma creativa. De esta forma surgió la idea de la pistola de lágrimas. Según ella no se trata de un arma, sino de una metáfora de su lucha interior. Y viendo la pistola cuesta creer que pueda hacer daño a nadie. El aparato está formado por una serie de tubos de metal, una especie de recolector de lágrimas y una pequeña botella de hielo seco que congela las lágrimas antes de ser disparadas en forma de bala.
Yi Fei presentó su obra con éxito en la Dutch Design Week y durante su graduación le permitieron disparar lágrimas a su profesora (estamos seguro de que la salud de la docente no corrió peligro en ningún momento). En el siguiente vídeo podéis ver a la creadora con su famosa pistola de lágrimas.
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Tear Gun from Yen-An Chen on Vimeo.