¿Cuántas veces leyendo una publicación especializada te has encontrado con un término que desconocías y en ningún lugar te aclaraban su significado? ¿En cuántas ocasiones has perdido el hilo de la lectura por tener que buscar en Internet un vocablo que parecía un improperio en serbocroata? Nosotros siempre intentamos poner las cosas tan claras como el agua, pero seguramente alguna vez hemos ido de listillos y no hemos explicado bien un término. ¡Mil perdones!
Para corregir este descuido os traemos un pequeño diccionario de términos relacionados con la visión, que iremos ampliando en próximas entradas. Después de leerlo podrás presumir de tu prolífico vocabulario óptico con tus amigos. Lo estabas deseando.
Astigmatismo
Nuestra primera palabra hace referencia a un trastorno del ojo, que no enfoca la luz de manera uniforme sobre la retina, haciendo que los objetos aparezcan distorsionados. Suele estar provocado por un defecto en la curvatura de la córnea, de modo que la refracción de la luz no se produce de la forma adecuada. Ese defecto de refracción se corrige fácilmente con el uso de gafas o de lentes de contacto.
Dioptría
Un clásico del mundillo de la visión. ¿No te han preguntado nunca cuántas dioptrías tienes? Es ideal para romper el hielo. Ahora en serio, aunque la dioptría hace referencia a la potencia de una lente, en salud visual se emplea como unidad con la que medir la graduación de los ojos. Con ellas podemos expresar el grado de deficiencia visual de nuestros ojos, que puede variar de uno a otro. Es por eso que a veces escuchamos «tiene dos dioptrías en el ojo izquierdo y tres en el derecho».
Luz azul
Ya hemos hablado alguna vez de la luz azul y de los problemas que puede causar a la visión. Nuestros ojos están constantemente bombardeados por este tipo de luz. Ordenadores, móviles y todo tipo de dispositivos electrónicos con pantalla la emiten. Es particularmente perjudicial la luz azul más próxima a la ultravioleta en el espectro electromagnético. Hoy en día ya existen gafas y lentes de contacto que ayudan a mitigar este efecto.
Test de Snellen
Aunque pueda parecerlo no se trata del experimento de un científico sueco. En realidad, es algo que has visto innumerables veces y, de hecho, dependiendo de cómo lo hayas visto te habrán prescrito el uso de gafas o lentillas. Porque el test de Snellen consiste en esa famosa tabla con letras de distintos tamaños que podemos encontrar en la consulta del oftalmólogo. El paciente tiene que adivinar una serie de letras cuyo tamaño va decreciendo. El especialista anota los aciertos y los fallos, con los que evalúa la agudeza visual. Ah, y el tipo que lo inventó no era sueco, sino holandés.