La mayoría de la población apenas conoce la incidencia que tiene la salud visual sobre el resto de la salud general.
Una mala salud general puede influir en la agudeza visual, en la graduación, en la trasparencia del cristalino, en la presión intraocular, en la circulación sanguínea a nivel de retina, en la motilidad ocular y en la respuesta pupilar.
Una buena salud ocular es sinónimo de buena salud general. Las enfermedades relacionadas con la salud visual más importantes son la diabetes, la hipertensión arterial, las enfermedades reumáticas, los trastornos metabólicos, el hipertiroidismo, la anemia severa, los trastornos de coagulación de la sangre, las enfermedades neurológicas y oncológicas.
Enfermedades sistémicas que pueden afectar a nuestra salud visual
El Ojo rojo abarca numerosos procesos inflamatorios, siendo de gran importancia la uveítis ya que en muchos casos va asociada a problemas reumáticos como la artritis reumatoide y la artritis juvenil.
Ojo seco. Existe un tipo de ojo seco relacionado con enfermedades autoinmunes como es el Síndrome de Sjogren, donde el paciente manifiesta sequedad de ojos y boca.
Otra de las enfermedades sistémicas es la Diabetes. Afecta a cinco millones y medio de españoles y su relación con la visión es clave, ya que el 16% de las personas ciegas en España lo son a causa de la diabetes. Ésta puede provocar:
- A nivel de los párpados, placas amarillas por una alteración de los lípidos.
- A nivel corneal , erosiones repetitivas a causa de una mala cicatrización.
- Y, en el cristalino, cambios de graduación y la aparición precoz de las cataratas.
- Algunos pacientes diabéticos manifiestan visión doble por la afectación de los nervios que controlan la musculatura ocular.
La Retinopatía diabética es la principal alteración ya que representa una de las causas más importantes de pérdida irreversible de la visión. Se recomienda una revisión anual para controlar la graduación, la presión intraocular y fondo de ojo si la diabetes está controlada, y semestral en caso de un mal control de la enfermedad.
En el caso de hipertensión arterial y accidente cerebrovascular, puede comprometer gravemente la visión por falta de riego sanguíneo. El paciente puede referir manchas en su campo visual o pérdidas fugaces de visión. Es aconsejable revisiones cada seis meses y control de campo visual al menos una vez al año para descartar presencia de trombos.
El estrés también le pasa factura a nuestros ojos, provocando alteraciones en nuestro enfoque y a nivel de retina, una inflamación benigna que suele afectar a la mácula y el paciente manifiesta pérdida de agudeza visual, las líneas rectas las percibe como torcidas y alteraciones en la visión de los colores. Los estados de ansiedad pueden provocar tics en los ojos, sin repercusión visual, pero muy molestos para el paciente.
En Central Óptica Guadalajara gracias a su equipación avanzada, su personal técnico y la gran atención que se le presta al paciente, es posible hacer una exhaustiva exploración del sistema visual y detectar signos que nos conducen a las enfermedades mencionadas. De esta manera podemos remitir, en caso necesario, al Oftalmólogo para su diagnóstico y tratamiento. La detección precoz es importantísima para mejorar el pronóstico de la enfermedad.
Monserrat Céspedes
Directora Técnica de Central Óptica Guadalajara Virgen de la Soledad